lunes, 7 de noviembre de 2016

Ensueño
Yo seré ya vieja cuando mi hijo sea un hombre. Y, cuando salgamos a pasear juntos, de gusto me pondré más encorvada para que así, a mi lado, él parezca más gallardo. Seré una viejita llena de mañas. Aprenderé a tropezar para que él me sostenga; me fingiré fatigada para que me dé el brazo y me diga con voz suave:
-¿Te has cansado, mamá?
Y las muchachas, que con toda seguridad estarán locas de amor por él, dirán:
- Esa señora bajita, que va del brazo de ese mozo tan arrogante, es su madre.
¡Y yo voy a tener un orgullo...!






  Juana de Ibarbourou
El cántaro fresco. Montevideo, 1922 
                                                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario